CUENTOS, PARÁBOLAS Y MENSAJES.



    NUEVAS PARABOLAS PARA  EDUCAR VALORES

    POR:  ANTONIO PÉREZ ESCLARÍN


           
            Dedicatoria:

            A Maribel,
            Maestra que, porque vive lo que enseña, enseña a vivir,
            porque tiene el corazón atrapado por los niños,
            convierte el salón de clase en una fiesta de la
            creatividad y el trabajo,
            y porque ama tanto y tan profundamente,
            nos asoma cada día a la Bondad Infinita de Dios.   
           
INDICE

1.- El viento y el sol    5
2.- Los tres coladores    7
3.- El cuento de la solidaridad    10
4.- La gaviota y el pescador    12
5.- La vasija agrietada    14
6.- El secreto de la felicidad    17
7.- El árbol de problemas    19
8.- El abeto inconforme    21
9.- El país de las muletas    24
10.- Un error afortunado    28
11.- El ruiseñor    31
12.- Prakash quería ver a Dios    35
13.- El rey bueno    40
14.- Las manos mas hermosas    44
15.- ¿Dónde está Dios?    47
16.- La oracion del alfabeto    51
17.- Los tres anillos    54
18.- El regalo    56
19.- Hermanos verdaderos    59
20.- El hombre que sabía volar    62
21.- Valoramos las apariencias    65
22.- El maestro y el perro    68
23.- Jugar con Dios    71
24.- Los impuestos del rajá    73
25.- Escribir    77
26.- El viaje de la imaginacion    79
27.- Las voces  del silencio    81
28.- El egoísta    83
29.- No es posible complacer a todos    85
30.- Dos cuentos de navidad    88
31.- Enseñar con la vida    91
32.- La sabiduría de reconocer la propia  ignorancia    93
33.- No achaques a los demás tus propios errores    96
34.- No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti    98
35.- El amor y el tiempo    101
36.- El sueño de los tres árboles    103
37.- El papagayo de colores    106
38.- Los dos enfermos junto a la ventana    108
39.- El cocuyo    111
40.- Incomunicacion    114
41.- Cuento de la cuota inicial    116
42.- Las manchas de la luna    119
43.- Caín se blanqueó de miedo    123
44.- El arbolito enfermo    125
45.- La mirada del educador    127
46.- Había una vez un remero    129
47.- Dale a cada cosa su valor    132
48.- La sabiduría de la anciana abadesa    133
49.- El rey y sus máscaras    136
50.- El samurai y el monje    139
51.- Maestros    140

 

PRESENTACION

    En 1998, publiqué en esta misma editorial el libro “Educar valores y el valor de educar: Parábolas”. En él recogí 51 relatos  breves, espigados de múltiples lecturas que, por haberlos trabajado en numerosos talleres, cursos y conferencias, sabía que eran una maravillosa estrategia para dejarse atrapar por su magia y llegar rápido al corazón.

    El libro está teniendo un notable éxito y ha sido reimpreso en varias oportunidades. Numerosos maestros han incorporado las parábolas a su reflexión y su trabajo, algunos padres las han leído y comentado con sus hijos y son muchos los lectores que se han deleitado con ellas y han saboreado sus enseñanzas.
    
En este nuevo libro vuelvo a ofrecerles otro hermoso racimo de   51 nuevos relatos, cuentos, parábolas, con la misma intención de que ayuden a los lectores a plantearse en serio una vida en plenitud. Hoy en día, la mayoría de las personas no se atreve a vivir, a ser alfareros de sí mismos, sino que son vividos por los demás: costumbres, propagandas, modas, el qué dirán... Formarse no es meramente aprender nuevas cosas, sino que fundamentalmente es aprender a vivir, lo que implica un proceso de asumir con radicalidad la propia construcción y la permanente dignificación. Se trata de ayudar a nacer la persona que todos llevamos dentro. Por eso, educar es ayudar al alumno a conocerse, valorarse y emprender el camino de su propia realización con los demás, en libertad y responsabilidad.
    
Las parábolas y relatos que hoy les ofrezco provienen de numerosas y muy variadas fuentes: algunas me fueron enviadas por amigos, otras las fui recogiendo de libros, revistas , hojas sueltas, o fueron encontradas en los laberintos intrincados de la red del internet. Todas, sin embargo, han sido retrabajadas por mí  y van acompañadas de una reflexión educativa propia que el lector podrá sustituir por la suya.  Siempre que la conozco, cito la fuente de donde han sido tomados los cuentos y parábolas.
    
En esta oportunidad, en numerosos capítulos, junto al relato inicial y la reflexión que le acompaña, incluyo otro o varios  relatos de cierre que complementan el sentido y abren a nuevas perspectivas y horizontes, de modo que sean posibles múltiples lecturas. De este modo, los 51 relatos se transforman en más de un centenar, que guardan en su corazón sencillo auténticas semillas de sabiduría que espero ayudarán a los lectores  a  vivir de un modo más consciente y responsable, es decir, más pleno y más feliz. 

1.- EL VIENTO Y EL SOL

Hace muchísimos años, cuando todas las cosas tenían vida e incluso hablaban,  el sol y el viento se pusieron a discutir sobre cuál de los dos era más fuerte.

La discusión fue subiendo de tono,  pues cada uno de ellos  estaba super convencido de su superior fortaleza. Estando  en plena pelea, vieron que, debajo de ellos, caminaba plácidamente un hombre y decidieron probar con él sus fuerzas.

    -Vas a ver cómo me lanzo contra él –dijo el viento-, y le quito el abrigo.

    Dicho esto, el viento comenzó a soplar con todas sus fuerzas. El hombre, al sentir contra su cuerpo los manotazos del viento, dobló  los brazos sobre el abrigo para protegerse mejor y se alejó apresuradamente maldiciendo.

    El viento se encolerizó más todavía y trajo una fuerte lluvia contra el hombre que, en vez de soltar el abrigo, trataba de cubrirse  con él lo mejor que podía. Después,  el viento descargó contra él una inclemente nevada y lo único que logró fue que el hombre se acurrucara más y más debajo de su abrigo.

    -Nadie le puede quitar el abrigo –dijo el viento con despecho.

    -Eso lo veremos ahora –dijo el sol calmadamente, y sacando su mejor sonrisa entre dos nubes doradas, comenzó a brillar cada vez más y a lanzar mansamente  a la tierra   su aliento. El hombre comenzó a sentir calor y a sudar,  se desabrochó el abrigo  y, al rato, se lo quitó.

    -Acabas de ver cómo te he vencido –le dijo el sol al viento-. Yo he logrado con suavidad lo que tú no pudiste con toda tu violencia.

* * *
Un hombre vio que una mariposa luchaba por salir de su capullo. Para su gusto, lo hacía con demasiada lentitud y, queriendo ayudarla, comenzó a soplarle suavemente. El calor  de su aliento aceleró ciertamente el proceso. Pero lo que salió de allí no fue la espléndida mariposa que esperaba, sino una pobre criatura con las alas destrozadas.

                                           (Scott Reeves).


Más puede una caricia que un grito, una ofensa, una bofetada.  El amor es mucho más fuerte que la violencia y que los golpes. Ni con amenazas ni castigos lograrás entusiasmar a los alumnos, o lograrás que te quieran. Si te quieren, harán ilusionados lo que les propongas. Si te temen, difícilmente lograrás entusiasmarlos o influirás positivamente en su conducta o en sus vidas.  Ponte junto al alumno  con bondad, con sencillez  y  con alegría, respeta su ritmo de aprender, su modo de ser. Trata de ser su amigo, y no olvides que “un amigo es alguien que sabe quién eres, que sabe por dónde has andado, que sabe todo lo que has hecho y, a pesar de todo, te invita y te ayuda a ser mejor”.

 Cada alumno es distinto e irrepetible, es “modelo único”, que tiene una misión en la vida y que cuenta contigo para conocerla y realizarla. Trata de esforzarte por llegar a ser tú mismo y, de este modo, estarás enseñando, sin necesidad de palabras, a tus alumnos a serlo. Sé siempre verdadero, coherente. Si Jesús nos dijo que la verdad nos haría libres, es también cierto que sólo los libres pueden ser verdaderos.

Dios nos creó a todos creadores. Creadores del mundo y creadores de nosotros mismos. Lo que nos distingue de los animales es la capacidad de construirnos, de autocrearnos, de ser alfareros de nosotros mismos transformando el barro de nuestros talentos y posibilidades  en vida y en felicidad.  El arte de la vida consiste en hacer de la vida una obra de arte.

    Alienta a tus alumnos a que asuman el reto de su libertad. Ser libre no es hacer lo que me viene en gana, sino hacer aquello que me realiza plenamente. Invita, anima, ponte al lado del alumno, pero no impongas: Que sea él el que decida. Sé como Jesús, que sólo propone, invita y ayuda. Es lo que escribió el Beato Pedro Ruiz de los Paños, el fundador de las Discípulas de Jesús: “Dios no avasalla, no impone. Dios llama y espera. Dios se porta siempre como padre y no usa términos de violencia. Presenta la gracia, ofrece el tesoro, pero no nos obliga a abrirle por la fuerza. Espera pacientemente en la puerta, hasta que le abrimos”:
   
* * *
   
    Cuentan que el artista Holman Hunt pintó un cuadro de Jesucristo  llamando a la puerta de su casa. Reunió a sus amigos artistas  y les pidió que miraran el cuadro con ojo crítico, para ver si detectaban algún error. Durante un buen rato lo estuvieron observando y sólo tuvieron palabras de admiración tanto para  el cuadro, como para el pintor.Ante la insistencia de Hunt de que lo siguieran mirando pues sin duda tendría algún defecto, uno de los  artistas más jóvenes , dijo:   

    -Sr. Hunt, creo que he encontrado un grave error en el cuadro. Se olvidó de pintar el pestillo de la puerta.    

    -Amigo mío –le respondió Hunt-, cuando Cristo llama a la puerta de tu casa, sólo se puede abrir desde dentro.


     

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