viernes, 16 de diciembre de 2011

BOCADILLOS ESPIRITUALES EN ADVIENTO: HACIA LA INTERIORIDAD EN ADVIENT0


Bocadillos espirituales
Para vivir el Adviento y la Navidad b

Viernes 3 b adviento (16-XII-2011)

“Pero yo tengo un testimonio mejor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizo, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado”.
(Jn 5,33-36)
El mejor testimonio de Jesús no es, ni lo que pueda decir Juan sobre él, y menos lo que podamos decir nosotros, que decimos demasiadas tonterías.
Jesús no cabe en nuestras pequeñas-grandes ideas.
Jesús solo cabe en El mismo.
Jesús solo cabe en lo que “El hace”.

En casa, acabamos de restaurar un cuadro antiguo. Con mucha pena, el restaurador nos decía: “no he podido encontrar la firma del autor”. Es que la firma del pintor es el testimonio de la autenticidad del cuadro. Sin la firma, no sabemos exactamente de quién es ni si es auténtico o una copia.

Jesús dejó firmada su vida, su autenticidad de enviado del Padre, no con su rúbrica, esperamos que supiese escribir, al menos sabemos que sí sabía leer.
Su mejor firma son sus obras.  Lo que hace.
O como El mismo dice, “las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, esas dan testimonio de mí”.

Cuando firmamos un Documento de importancia, es preciso que el Notario autentique nuestra firma.
Jesús no necesita de notarios que le autentifiquen.
Nada más auténtico que la vida.  Nada más auténtico que lo que hace.
Y nada más auténtico que hacer “lo que el Padre espera de El”.

Nosotros podemos y hacemos muchas cosas:
Hacemos grandes proyectos, pero ¿coinciden con los proyectos de Dios?
Hacemos grandes edificaciones, pero ¿edificamos lo que el Padre nos pide?
Los hombres hacemos muchas cosas que, incluso pasan a la historia, llevando nuestra firma.

La pregunta que todos tenemos que hacernos es muy sencilla:
Dios tiene un plan sobre cada uno de nosotros.  ¿Realizamos ese plan o nuestro plan?
Dios tiene muchos sueños sobre cada uno de nosotros. ¿Realizamos esos sueños o quedan en puros sueños?
Dios nos ha encomendado una misión personal a cada uno de nosotros. ¿Realizamos esa misión que nos acredite delante de El?

Nuestras palabras son importantes. Nuestras firmas son importantes.
Nuestros proyectos son importantes.
Pero ¿hacemos lo que tenemos que hacer?
        ¿somos lo que estamos llamados a ser?

A veces, nos puede suceder lo que a aquel niño que, en vez de ir a la escuela, se fue con sus amigos al bosque a encontrar nidos de pájaros. Y, por una de esas casualidades, encontraron el nido de un ave que, rara vez se la veía por la zona. Tomaron sus polluelos del nido que ya estaban creciditos, y los llevaron a casa para cuidarlos en una jaula. El niño, feliz del hallazgo, cuando llegó su papá le mostró lo que habían encontrado.
El papá, por una parte, no quería decepcionar la alegría del hijo. Pero tampoco quería fallarse a sí mismo en el sentido de la responsabilidad. Y le preguntó:
- ¿Y qué has estudiado hoy en la escuela?
Cabizbajo, el niño respondió: “Papá, hoy me hice la vaca”.
Hijo, está muy bien lo de esos pajaritos. Pero tu verdadero deber era ir a la escuela.

Es posible que cuando Dios nos reclame la firma de la autenticidad de nuestras vidas, podamos mostrarle muchas cosas que hemos hecho.
Y hasta es posible que Dios se divierta y ría de tantas cosas bellas.
Pero, al fin terminará por preguntarnos “qué hemos estudiado hoy en la escuela”.
Es decir:
¿Hemos hecho lo que teníamos que hacer?
¿Lo hemos hecho como debíamos hacerlo?
¿Hemos realizado el proyecto que El tenía sobre nosotros?
¿Hemos amado como El quería que amásemos a nuestros hermanos?
¿Hemos luchado por la justicia defendiendo la dignidad de nuestros hermanos?
¿Hemos construido el mundo de solidaridad y fraternidad que El esperaba?
¿Hemos logrado que el mundo sea hoy más humano, más justo y fraterno?
Lo que nos acredita, lo mismo que a Jesús, no es lo que hemos dicho ni siquiera lo que hemos hecho, sino “si hemos hecho lo que el Padre nos encomendó llevar a cabo”. Porque esto será lo que dé testimonio de cada uno de nosotros.
Está bien que preparemos bonito nuestra ciudad y nuestra casa ahora a la espera de la Navidad. Pero ¿será esa la preparación que Dios quiere de nosotros para el Nacimiento de su Hijo?

Clemente Sobrado C. P.   

1 comentario:

  1. ESTE REFLEXION ESTA TOMADO DEL PADRE CLEMENTE SOBRADO, SACERDOTE PASIONISTA. EPERO SEA DE SU AGRADO. ES LA REFLEXION DE ESTE DÍA. BENDICIONES A TODOS.

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