viernes, 16 de diciembre de 2011

SER HOMBRES Y MUJERES DE VIDA INTERIOR EN EL SIGLO XXI.
«El reino de Dios está dentro de ustedes.» Lucas (17,21)
Autor: Padre Alexander Castillo. Sacerdote Pasionista.



Desnudo el pecho y descalzo entra
el hombre en el mercado. Está cubierto
de barro y polvo, pero ¡como sonríe! sin recurrir
a poderes místicos hace florecer, en un momento,
los árboles marchitos. (Cuento zen)

El tema que me gustaría reflexionar contigo amigo (a) lector (a)  es sobre la manera de cómo estamos viviendo los hombres y mujeres nuestra vida en este mundo tan vertiginoso, superficial y cambiante. La vida interior parece casi un fenómeno a - normal en el “modus vivendi” de cada ser humano, pues vivimos hacia fuera, todo nos dispersa y nos cuesta mucho vernos por dentro. Y aquellos que se han atrevido a vivir una vida interior profunda son conocidos por el resto como anormales, extraños, locos y poco humanos. Pero me atrevería a decir que son los más humanos que hay en este mundo, son ellos los que nos recuerdan cuál es el sentido de nuestra existencia en la tierra, nos recuerdan nuestra nobleza y dignidad, nos recuerdan nuestra vocación de ser personas, de estar vivos. Vivimos llenos de mundo: violencia, droga, sexo, alcohol, poder, dinero, corrupción, trata de personas, trata de órganos, prostitución de mujeres e infantil, guerras, consumismo, hedonismo, ateísmo, indiferencia, egoísmos, aparentar lo que no soy, títulos, modas, tendencias, viajes, artistas de televisión, música y cine, pornografía, novelas, artículos de última moda, ect.

Ahora bien ¿No tendríamos que preguntarnos incluso: cómo seguimos nosotros el camino espiritual en la vida de cada día? La espiritualidad debería ser nuestra respuesta más natural, espontanea e instintiva. Pero no lo es. De ahí que debamos preguntarnos por qué no lo es. La respuesta abarca todos los problemas psicofísicos que experimentamos como consecuencia de habernos desnaturalizado, desensibilizado y deshumanizado. Porque vivimos en una sociedad no contemplativa, necesitamos aprender de nuevo a vivir una vida humana plena[1]. Te propongo algo…las siguientes líneas que escribiré a continuación  serán para aquellos que querrán hacer el viaje de la vida interior, simplemente es una herramienta de ayuda para guiarte en el camino, lo que te sirva aplícalo en tu vida y lo que no déjalo. Existirán muchas más herramientas, solo te pongo algunas para que vayas trabajando, pero el resto te toca a ti descubrirlo e investigar sobre el tema que les propongo,  sin embargo, esto  vale para el  joven, adolescente, niño, adulto, anciano, cura, monja, obispo, religioso (a) hombre ó mujer, no importa el credo, tu ideología o religión, o condición, ciertamente lo que importa es que quieras trabajar tu vida interior pero recuerda que todo dentro de tu estado de vida en que estés. Recuerda que cuando nacemos no sabemos, caminar, ni hablar, ni bailar, ni orar, sino que lo aprendemos poco a poco; cuando el pintor al iniciar su trabajo puede que muchas veces se equivoque hasta conseguir su obra maestra, todo es arte y la vida interior es un arte y hay que saberlo vivir. Este arte tiene sus guías. Entre ellos el más precioso se encuentra en el interior de uno mismo. Poco importa el nombre que se le dé. Se puede, con Agustín, llamarlo el «Maestro interior». Pero debe de ser descubierto. Los otros maestros no tendrán otra función más que la de favorecer este encuentro de uno mismo con el Si-mismo supremo, el elemento más vivo del ser.[2] Primero que nada cultiva la vida de oración, no hay vida interior, ni espiritualidad sana sin oración. Y más si estas en el mundo, en medio de actividades y tareas. Es cuando más se necesita orar. La acción sin la contemplación es ciega. Nadie será sumamente activo en el mundo, si no es también sumamente contemplativo y dado a la oración. Un venerable guía espiritual jesuita, el padre Luis Lallemant, del siglo XVII, decía que si sólo tenemos una vida interior muy pequeña, no podemos dar nada en absoluto a lo que es externo.[3] Y tiene mucha razón. Segundo: precisemos un entorno más natural, ser menos superficial en nuestras vidas. Hacer la experiencia es una aventura. Por ejemplo poner unas flores naturales en la mesa en vez de poner flores de plásticos, es un paso sencillo pero nos invita a vivir con más naturalidad. Tercero: establecer un orden en nuestro entorno. Por ejemplo: hacer un plan del día, es decir,  de las cosas más importantes que tengamos que hacer, esto no tiene que ser aplicado de manera rígida, hay que ser libres a la hora de hacer las cosas.  Pero también debemos disponer un tiempo de no hacer, de distraernos, de relajarnos. En cuarto lugar: Necesitamos disciplina física para el cuerpo, disciplina intelectual para la mente y disciplina meditativa para el espíritu.[4] Este punto toca el aspecto disciplinar, pero ten cuidado en exagerar. Poner demasiado énfasis en la disciplina espiritual terminamos siendo mojigatos, mucha disciplina corporal nos convertiríamos en  jockeys, y mucha disciplina mental nos convertiría en unos engreídos. Busca el equilibrio constantemente. Lo importante es encontrarnos con el misterio, no te preocupes tanto por lo disciplinar, es necesario pero no es el fin. Acuérdate siempre cual es el fin de la vida interior. Como quinto punto lee la biblia: no se trata solamente de leer, sino de profundizar, de «rumiar», y la Palabra divina se volverá actuante en el alma, el corazón y el espíritu.[5] Como sexto y último punto busca un buen maestro espiritual, recuerda que son muy escasos pero si no encuentras no te preocupes  te suguiero que busques a los autores expertos en la investigación interior. No importa si ya han muerto o de que época sean, pero solo quédate con un guía. Investiga, lee otros autores para tu búsqueda y ¡veras que encontraras!

Espero que estos pequeños tips puedan servirte, no te desanimes en esta búsqueda interior, esto es para valientes, soñadores y muy despiertos en la vida, esto fue escrito pensando en ti. No es dogma de fe, por lo tanto si te sirve, ¡en buena hora! Espero que este tema no sea interpretado como algo espiritualoide, mística elevada, algo fuera de moda, o solo para curas y monjas, no es así. Hoy en día nos urge profundizar la vida, y pasar por ella como si nada pasa o nos afecta sí que nos haría daño. Quien les escribe no es un experto en este campo, pero si es alguien muy inquieto con todo lo que haga más pleno la vida del hombre y de la mujer. Y me despido con esta frase de Santa Teresa de Ávila: "Digo que no desmaye nadie de los que han comenzado a tener oración con decir: Si torno a ser malo, es peor ir adelante con el ejercicio de ella. Yo lo creo, si se deja la oración y no se enmienda del mal; mas, si no la deja, crea que le sacará a puerto de luz". (Vida, 19, 2).



[1] Madre Tessa Bielecki, religiosa Carmelita, Un camino de vida: Tessa nació en el seno de una familia polaca de Connecticut. Como muchas jóvenes, creció leyendo revistas de belleza, coleccionando recortes de estrellas de cine y dando por supuesto que se casaría y criaría hijos. Durante los dos primeros años de universidad Tessa asistió a un retiro para estudiantes dirigido por el padre William McNamara. Después de terminar sus estudios y trabajar durante un año, se unió al padre McNamara y al Instituto de vida espiritual, situado entonces en el desierto de Arizona, a la edad de veintidós años. Desde entonces su vida ha estado dedicada a edificar y sostener la comunidad carmelita que se ha desarrollado allí. Actualmente ocupa el cargo de abadesa, y deja la vida eremítica varias veces al año para participar en retiros contemplativos y conferencias. El padre William McNamara, con la autorización del papa Juan XXIII, fundó en 1960 el Instituto de vida espiritual, pequeña comunidad monástica de hombres y mujeres que viven siguiendo el primitivo ideal carmelita. Su deseo era crear un entorno contemplativo que satisfaciera las necesidades personales y existenciales de personas de todas las capas sociales inclinadas a la espiritualidad. (www.spirituallifeinstitute.org/index.html )
[2] Marie-Madeleine Davy, El arte de la vida interior.
[3] Madre Tessa Bielecki, religiosa Carmelita, Un camino de vida – diálogos con los asistentes.
[4] Marie-Madeleine Davy, El arte de la vida interior. Ver este comentario, con respecto a  este punto.
[5] Ibíd.

1 comentario:

  1. SER HOMBRES Y MUJERES DE VIDA INTERIOR ES UNA APUESTA HACIA EL INTERIOR DE UNO MISMO. ES UN VIJE DEL CUAL NO NOS ARREPENTIREMOS. ANIMATE AMIGO LECTOR A HACER DE TU VIDA INETRIOR UNA AVENTURA APASIONANTE. DIOS ME LOS BENDIGA.

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